06_El mail


A veces llegan comentarios y correos que me sorprenden de verás. Pero esta mañana he recibido un e-mail muy especial que me ha helado la sangre en las venas. Lo transcribo a continuación:

Ana, no sé si podré acabar este mensaje, así que si llega sin terminar será porque me han interrumpido y me he visto obligado a darle a “enviar” sin perder ni un segundo.
Dicen que estoy loco, seguro que te suena la cancioncilla, pero en mi caso no se trata de un sentido figurado, lo afirman los doctores que me internaron hace ya mucho tiempo en este… ¿sabes cómo llaman ahora a los manicomios?, centros de rehabilitación Psicosocial. Tiene gracia, a mí ya nadie me rehabilitará. 
Hace años que sé lo de las calles tomadas, pero ni siquiera yo podía creerlo. Primero son pequeños signos, luego…, bien, no perderé más tiempo contándote los que ya sabes. El caso es que cuando descubrí la verdad decidí enfrentarme a Ellos.
Ellos son aquellos con los que te cruzas cada día de camino al trabajo, son los vecinos que no te miran cuando coincides con ellos en el portal, los grupitos que beben en las terrazas de los bares, el conductor del autobús que arranca cuando ve que corres para llegar a la parada, los compañeros de trabajo que forman corrillos y se callan cuando te acercas, las mujeres que arrastran carros de la compra que gotean sangre…
Son todos Ellos. Pero le eché valor y les hice frente. Con energía, con violencia.
Y… y acabé aquí. Con las manos ensangrentadas. Como las tengo ahora mismo.
He acabado con el celador, era uno de Ellos. Y con la enfermera jefe, también lo era. Y me he puesto en el ordenador para intentar avisar sobre las calles tomadas, cuando Google me ha llevado a tu blog y me he dado cuenta de que muchos ya sabéis la verdad.
Tened cuidado, yo sé muchas más cosas. Apenas estáis descubriendo la punta del iceberg. Espero poder unirme pronto a vosotros. Tened un poco de paciencia. Ya voy.
Ah, había un tipo chalado que hablaba en tu blog de los gatos, se equivoca, no tiene nada que ver con ellos, pero sí con las uñas.
Ah, Ana, también sé que recibirás una llamada inesperada.
Bien, ha habido suerte, nadie me ha interrumpido, quizás pueda escapar. Allá voy.
Enter.
 

Cuando lo he leído me he estremecido. Es aterrador. Este es el tipo de personas que hace desmerecer nuestra causa y cuyo trato solo acaba en tragedia. Ruego para que no llegue nunca aquí, antes me anexiono. No queremos asesinos ni psicópatas en nuestras filas. Nosotros no somos como ellos.
En cualquier caso investigaré lo de las uñas.



2 comentarios:

  1. ¿Y ese psicópata me llama chalado a mí?

    Aunque no descartes su colaboración, porque, ¿qué pasará cuando los anexionados decidan...? Me aterra solo pensar lo que pueda suceder cuando decidan que estorbamos, que no basta señalarnos con el dedo...

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  2. Una cara rota por varias partes. Le falta carne, han desaparecido los pómulos, la mandíbula también y le han abierto la frente y extraído la masa encefálica. Hay medio ojo en el suelo y me mira como si me estuviera suplicando. Es en la puerta del bingo Lesseps, enfrente del Miky, lo que fue un salón recreativo donde jubagas al futbolín, al millón y al pinp pong y hoy es otro lupanar ludópata de tragaperras...

    Despierto bañado en sudor, ¡joder vaya pesadilla!, ha sido tal como os lo cuento. Demasiada cerveza Estrella Galicia en el restaurante. Me lavo las manos y la cara. El líquido se había quedado en la pica. Quito el tapón.
    Mañana subiré a ver a Pep. Nuria tiene que telefonearme. Ella sabrá que hacer, tiene contactos. Yo sólo os puedo ir contando algunas cosas sin que sepa muy bien qué quiere decir todo esto.

    La cajera del Eroski ha puesto dos palitos y los ha tachado sobre la pegatina Omega del cajero automático de Catalunya Caixa cuándo he ido a sacar pasta. Luego he decidido estirar las piernas, a pesar del calor de este miércoles. La puerta del bingo Lesseps estaba abierta a éstas horas. Entraban y salían policías. Una cinta de la que usan Los Mossos estsba enganchada alrededor de varias vallas del Ayuntamiento, las cuales rodeaban bultos tapados...

    No he podido más y he subido a ver a Pep. Somos él y yo en la escalera. No contestaba. He aporreado la puerta. Seguía sin contestar. De un extremo de lo que sé que es el pasillo me han llegado gruñidos y golpes sobre algo blando. Ni idea.

    Hoy es el eclipse de Luna. Ya ha comenzado. Me siento mal. Estoy nervioso. Tened cuidado. Todo es ahora rojo, se me nubla la vista. Dejo de escribir pues me duele todo el cuerpo...

    SAULO 2010

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